miércoles, 11 de marzo de 2009
Tarde en la playa con ella.
viernes, 13 de febrero de 2009
PLENILUNIO
Luna, madre, esposa, hermana.
Luna llena de las crecidas aguas, llaman los hijos desde el árbol rojo y los ojos te miran.
Desde altas torres de cemento, desde las desiertas playas, desde pantallas encendidas, a través de las persianas, desde patios, los ojos te miran.
Luna se viste toda de espejos, luna se llena toda y se derrama y es de sol la luz y es de amor el brillo. Toda vestida de espejo, suave y redonda y madre, de tan llena derramada.
Luna son como vientos de lava las voces de tus volcanes viejos. Y con tus lágrimas se adornan tus hijas las orejas y cómo las miran los ojos: así con fascinación, con miedo, con distancia.
Luna llena, compañera de caminos y amiga de los que esperan, de las mujeres íntima camarada, sé otra noche la confidente de los pescadores. Dales de regalo escamas de plata y branquias para respirar la mar y luz para cuando sus ojos te miren.
Desde altas torres, desde desiertas playas, desde encendidas pantallas, desde patios abiertos los ojos te miran luna, madre, esposa, hermana.
domingo, 8 de febrero de 2009
DOMINGO LLUVIOSO
Ahora que dejó de llover los charquitos son un espejo del cielo y todos los que miran para abajo cuando caminan van a poder ver los cielos girando, en toboganes girando.
Hoy todas las aguas se juntan y esta mezcla de lo salado y lo dulce se saluda hasta en las bocas y se come pochoclos con caramelo o tortas fritas o buñuelos de manzana y todas las cosas en las que se llevan bien la sal con el azúcar.
Hoy salen a pasear las botitas de goma y los paraguas y hasta los pilotos vuelan en aviones caminantes y casi todos chapalean en los charquitos: los pajaritos y los nenes y las nenas y los perros. Los gatos no, a los gatos cuando llueve les gusta mirar por la ventana enroscados en un sillón y dejarlos a los pajaritos, que chapaleen.
Hoy llovió en Pinamar y también ya paró de llover. Nos vamos a pasear, a ver el muelle en el mar metido y todo plateado, así pintado por el pincel de la lluvia que es amiga de la luna y lo pinta al día así tan lindo de gris, de plata.
Nosotros también como los árboles estiramos los brazos porque hoy llovió y es una fiesta y se agradece.
Cuando aprendas a caminar te vamos a comprar unas botitas de goma y todos vamos a chapalear en las calles vacías de autos.
lunes, 19 de enero de 2009
ESPEJO LUZ REFLEJA EN EL APAGÓN.
Se cortó la luz y por fin es realmente de noche. A veces nos olvidamos de la noche, el velador siempre al alcance de la mano.
La luz se cortó acá, acá y en la guerra. Es un lío de cables y de canillas goteando la casita esta, el nido que nos abriga.
Ella duerme y vos desde la cocina desgranás y molés la canción de la semana y ya casi está lista la harina o el café mientras escribo. Me gustan tus canciones y a veces me dan pudor de tanto que me desnudan, será que me soplan la nuca con un secreto escalofrío, será que son como sudestadas llevándose reposeras y sombrillas, tiemblo de frío al rayo del sol.
Se acerca el verano y puede que de vez en cuando en las fotos de los interminables catálogos de las inmobiliarias se prenda una luz en una ventana. Sin muros que separen las casas esto no es una gran casa pero sí un gran hotel, un hotel que ocupa una ciudad entera.
¿Cuánto se puede mirar esa ventana iluminada esperando que alguien pase por ahí, la pared como una tela pintada con fondo de puerta abierta? Que pase alguien. Alguien peinándose, o comiendo una galletita, o secándose el pelo con una toalla como esa mujer en la ventana del hotel, sorprendida en ropa interior en la vidriera.
Soy extranjera como los pinos, perenne y quieta y detenida. Ella crece como los árboles, los ojos y los brazos hacia el cielo. Yo también como los pinos podría parecer de acá, parte del paisaje de acá de toda la vida. Pero no, en playas menos breves me guardaba el vientre de mi madre, en playas más protegidas de las capitales nadaba mi hija rodeada de mí.
Volaba suspendida de sur a norte, de este a oeste, el viento norte era una caricia tibia en el verano en que mi hija nadaba toda rodeada de mí.
Hay que lindo que sería
hay que lindo que sería
andar como el caracol
llevar mi casita encima
llevar mi casita encima
sacar los cuernos al sol.
Sería lindo sí, los ojos bien lejos de la cara. Salir a pasear con el rocío, comerme con discretos mordiscos la radicheta y el jazmín, comiendo poquito para no herir, para no matar, verde menú que de la rama se me entrega para que coma, para que viva en él colgada.
Lo peor de la casa del caracol es que no se puede compartir.
Lo mejor de esta casa es esta mesa chiquitita que se mueve para mirar todos los puntos cardinales.
Lo mejor de todas las casas es que están ustedes.
Qué lindas tus canciones. Me dan como un chucho de frío aunque sean caricia tibia de viento norte.